¿Qué entendemos por identidad?

  Basándonos en las palabras de Ariel Gravano, podemos ver como los espacios de vivienda, ya sean barrios o villas para este caso, son conformadoras de un imaginario social, político y cultural, producto del choque entre lo tradicional y el progreso que se introduce en estos espacios. Tensión que levanta una revisión del pasado por partes de sus habitantes, que los lleva a conformar un conjunto de valores y paradigmas de lo que significa habitar aquel lugar, tales como la solidaridad vecinal, la confianza entre sus habitantes y los conocimientos mutuos que comparten. De ahí revisar la historia fundacional de la villa Nazareth.

La naturalización ideológica de estos discurso producto de estas relaciones sociales, lleva a despertar un sentimiento de pertenencia en sus habitantes, en este caso de la villa Nazareth, de la cual nosotros buscamos rescatar su historicidad a la luz de su identidad. Evidenciando el horizonte simbólico y valórico de las identidad conformada por sus habitantes, como una construcción social y activa.





Para lo anterior es que entenderemos el concepto de identidad, como el rescate y reivindicación de aquellos valores que conforman la villa, tales como convivencia, modos de actuar y gestionar la vida cotidiana. Construyendo una metáfora de lo que significa vivir en aquellos espacios como la villa. Donde identidad, “no se reduce a vivir en un barrio sino a apropiarse y producir los significados que este horizonte simbólico contiene, como competencias para expresarse, mediante representaciones y prácticas, en distintos contextos espacio-sociales.”[1]

Cabe destacar que la cultura tiene un lugar privilegiado en la producción de discursos sobre identidad, entendiendo cultura como metáforas ante que solo producciones, al ser un instrumento que permite la construcción de identidades. De ahí su rescate.




[1] Ariel Gravano (2008). Imaginarios barriales y gestión social. IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Misiones, Posadas. Pág. 6

La Historia de Villa Nazareth

La villa Nazareth comenzó como un proyecto de auto construcción  en los inicios de los 60’. Originalmente desarrollado desde el lote de un fundo, las personas interesadas participaron de un sorteo de más de 500 individuos para acceder a un terreno para construir su propia casa. Esto origino el desarrollo de lazos cercanos entre las personas, pues lo terrenos eran poco más que zonas con tierra, en donde trabajaban conjuntamente en las propiedades a través de un acto voluntario organizado por un jefe de pasaje que destinaba a las personas libres para que trabajaran. Recuerda Don Luis Soto cuando llego a la villa en 1961, a construir la población con “lo bravo, veníamos a arreglar las calles el alcantarillado, el alumbrado público. Esto es todo nuestro, trabajamos juntos todos iguales, y si había que hacer algo decíamos este domingo hay que hacer tal cosa y lo hacíamos”.

Don Luis Soto
    






  Este desarrollo logrado entre 1962-1967, en su mayor amplitud, logro desarrollar una pequeña comunidad muy solida, que disfruto de actividades simbólicas de forma oficial, como el “aniversario de la villa” en la primera semana de  septiembre, y las distintas juntas que se daban en torno a las fiestas nacionales, a la escuela de los niños y los juegos de pelota.

  “Hay tanto que hacer en tal etapa, ¿con quién quiere venir? Ahí uno decía y se iban 3 o 4 como cuando hicimos la cámara grande del alcantarillado de Malloquito con Bilbao, que fuimos 3 y estuvimos todo un día”. (Don Luis)

  El proyecto de Auto construcción, desarrollado mayormente a finales del gobierno de Alessandri y desde comienzos a mediados del de Frei, que fue fomentado y concretado por autoridades políticas concretas, como los distintos presidentes de la junta de vecinos, sobre todo en la figura de Don Pedro Escalona y de autoridades como el alcalde de Maipú en ese periodo, como señala Don Luis: “El alcalde de Maipú nos ponía camiones para llevar los materiales y a los vecinos, igual que a Don Pedro Escalona, que inicio todo los contactos para los materiales... Porque nosotros poníamos la obra de mano y ellos ponían los materiales de los alcantarillados, en donde los vecinos se ayudaban como comunidad.” 


Entrevista a Don Luis Soto realiza en Noviembre de 2015

La mujer y la villa Nazareth, roles e identidad.

  Dentro de la investigación llevada a cabo podemos reconocer solo parcialmente los roles que pudo desempeñar la mujer durante la construcción de la villa Nazareth, pues no todos los entrevistados se refieren a la labor que ellas llevaban a cabo. A pesar de esto pudimos dar cuenta de uno de los testimonios que nos dice que, al no contar con agua potable, se hacía necesario recurrir a una vertiente ubicada a varios metros de la villa, para extraer agua para el uso diario. De hecho durante la entrevista hecha a doña Blanca Mateluna se puede apreciar la labor esforzada de la mujer de la Nazareth, que debía vivir el día a día sobrellevando las dificultades de una incipiente villa, en la que durante los primeros años se palpó la dificultad que implica el levantar el sueño de una pequeña comunidad desde cero.

     
      Es por esto que Juan Zúñiga le escribe a estas mujeres enumerando sus tareas y penurias, agradeciendo su esmero y su esfuerzo, plasmando en su poesía una identidad de la que se sentirán parte varias de las mujeres que están y que estuvieron en esos complejos primeros años en los que el sueño de la casa propia se comenzaba a hacer realidad.








A la mujer de la villa Nazareth.

Amiga esposa y compañera de la vida
Incansable jornalera de la casa
Tus manos son inquietas cual paloma
Aunque detengan su vuelo no descansan.
Comienzas el día muy temprano
Porque es pesada y larga la jornada
Tú no tienes un día de descanso
Pero a nadie le clamas.
A veces eres incomprendida
Pero todo en silencio tú lo guardas
Te preocupas de toda la casa
Que esté en orden bien aseada y
Que nada falte a tu mirada
Eres maestra en la cocina
Queda exquisito, todo lo preparas
Te preocupas de mi ropa
Que quede limpiecita, bien planchada.
Te preocupas de los niños,
De la limpieza de la casa
Friegas pisos puertas y ventanas
Tu tarea ha sido dura y larga
Y te vas agotada a la cama
Apenas cierras los ojos
Otra vez es de madrugada.
Por eso te rindo este homenaje
Mujer bella y adorada
Porque eres tu fuerte y luchadora
Porque guardas un tesoro
Allí dentro de tu alma. 


Un homenaje a las mujeres de la villa Nazareth, especialmente a  aquellas que lucharon codo a codo junto a nosotros cuando empezaba a cristalizarse el sueño de nuestras vidas, la casa propia.

Juan Ramón Zúñiga Herrera. 

El verso y la Nazareth, una muestra de historia y visión propia.

  A continuación presentamos una tonada escrita por Juan Zúñiga quien ha vivido aproximadamente cincuenta años en la villa Nazareth, él nos describe a través de sus versos las vivencias y sacrificios que los habitantes de la villa debieron sortear durante los primeros años de su conformación. Confirmando el sentir que capturamos en algunos de sus habitantes, quienes nos cuentan acerca del esfuerzo que implicó la construcción de una villa que en sus inicios no contó ni siquiera con servicios básicos como lo son el agua y la luz, lo que sin dudas da muestra del temple y de la identidad que pudo conformarse en los primeros años de la villa, siendo su gente esforzada, trabajadora, cooperadora y solidaria. Por tanto vemos en esta creación, no solo parte de la historia de la villa vista desde un hombre, sino que además podemos capturar elementos de un autorretrato de la villa en tanto encontramos en esta creación elementos que más de una persona instala como conformantes de lo que significó e implicó ser parte de la Villa Nazareth, reviviendo situaciones o anécdotas cotidianas de las que todos fueron espectadores y participantes a la vez.


Don Juan Ramón Zúñiga y su Guitarra
    Para mas información sobre el poeta Juan Zúñiga haga click aquí.













Villa Nazareth.[1]

¡Ay! Mi villa Nazareth
Te llevo dentro de mí
Yo vine por estos lados
Buscando donde vivir.

Tus calles eran de tierra
Acababas de nacer
Yo venía por un tiempito
Y por siempre me quedé.

Tus casas eran pequeñas
Eran hechas de madera,
Y por sus rendijas asomaba
La débil luz de la vela.

Cuando empezaba la lluvia
Y caían las goteras
Los serruchos y martillos
Zapateaban una cueca.

Tus calles llenas de barro
Resbalosas como greda,
Aquel que se descuidaba
Se sacaba la recresta.

El agua estaba muy lejos
Había que ir a buscarla,
Y  nuestras pobres mujeres
¡Ayayay! Que transpiraban.

Aquí tengo mi familia
Y tengo buenos vecinos,
Aquí nunca pasa nada
Toditos somos amigos.

Muy buenos para trabajar
Muy duro y muy sufridos,
Aunque unos nunca trabajan
Y viven tomando vino.

Aquí se acaba la historia
Esta que yo les conté,
Yo me llamo Juan Ramón
Y vivo en la Nazareth.

Juan Ramón Zúñiga Herrera.

[1]  Tapia, Zúñiga, Moncada, Por los senderos del tiempo, Poesía y cuentos de nuestra tierra.

Mitos de la villa Nazareth ¿a quién se llevará ahora?

Oiga Luchito, supo quién falleció el domingo
-No oiga, quien falleció compadre
-Pucha se murió el caballero de acá del otro pasaje
-No me diga ¿el Jaimito?
-Sí, el mismo
-Shuuutaaa compadre y ahora ¿a quién se va a llevar?
-No se compadre, pero seguro se van a ir yendo
-Acuérdese que cuando se va uno siempre se lleva a tres más.
-Así dicen y así ocurre compadre.


Ese es el mito de la Villa Nazaret, el que dice que cuando un habitante de la Villa fallece siempre se lleva consigo a dos o tres miembros más al descanso eterno 


Mapas actuales de la villa Nazaret

  La villa se compone de 4 calles horizontales correspondientes a Las Hortensias, Las Violetas, Los Jacintos y  Los Paltos, y dos calles horizontales que son Los Aromos y Los nogales. La calle principal y referencial de la villa es Malloquito calle de gran importancia en Peñaflor por su enorme extensión.












Esta es la visión satelital de la Villa actualmente.



         La Villa Nazaret comienza como un terreno, unas parcelas con una calle principal rodeada de moras. El lugar es comprando  entre todos los habitantes a punta de esfuerzo aspecto que identifica y representa el temple de la Villa Nazaret, partieron siendo 219 habitantes, gente de esfuerzo, humilde que por medio de la autoconstrucción dio inicio a una villa emblemática en Peñaflor. Los sitio se repartían entre los habitantes, la gente elegía sus sitios, eligiendo su lugar  en un plano, es decir, a través de lotes estacando los terrenos para que cada habitante tomara su terreno.


Relato de Aurelio Parra “El Parrita”
(Extracto de la entrevista realizada a Aurelio Parra "El Parrita" realizada el 18 de noviembre del 2015)