A continuación presentamos una tonada escrita por Juan Zúñiga quien ha vivido aproximadamente cincuenta años en la villa Nazareth, él nos describe a través de sus versos las vivencias y sacrificios que los habitantes de la villa debieron sortear durante los primeros años de su conformación. Confirmando el sentir que capturamos en algunos de sus habitantes, quienes nos cuentan acerca del esfuerzo que implicó la construcción de una villa que en sus inicios no contó ni siquiera con servicios básicos como lo son el agua y la luz, lo que sin dudas da muestra del temple y de la identidad que pudo conformarse en los primeros años de la villa, siendo su gente esforzada, trabajadora, cooperadora y solidaria. Por tanto vemos en esta creación, no solo parte de la historia de la villa vista desde un hombre, sino que además podemos capturar elementos de un autorretrato de la villa en tanto encontramos en esta creación elementos que más de una persona instala como conformantes de lo que significó e implicó ser parte de la Villa Nazareth, reviviendo situaciones o anécdotas cotidianas de las que todos fueron espectadores y participantes a la vez.


Don Juan Ramón Zúñiga y su Guitarra
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Villa Nazareth.[1]

¡Ay! Mi villa Nazareth
Te llevo dentro de mí
Yo vine por estos lados
Buscando donde vivir.

Tus calles eran de tierra
Acababas de nacer
Yo venía por un tiempito
Y por siempre me quedé.

Tus casas eran pequeñas
Eran hechas de madera,
Y por sus rendijas asomaba
La débil luz de la vela.

Cuando empezaba la lluvia
Y caían las goteras
Los serruchos y martillos
Zapateaban una cueca.

Tus calles llenas de barro
Resbalosas como greda,
Aquel que se descuidaba
Se sacaba la recresta.

El agua estaba muy lejos
Había que ir a buscarla,
Y  nuestras pobres mujeres
¡Ayayay! Que transpiraban.

Aquí tengo mi familia
Y tengo buenos vecinos,
Aquí nunca pasa nada
Toditos somos amigos.

Muy buenos para trabajar
Muy duro y muy sufridos,
Aunque unos nunca trabajan
Y viven tomando vino.

Aquí se acaba la historia
Esta que yo les conté,
Yo me llamo Juan Ramón
Y vivo en la Nazareth.

Juan Ramón Zúñiga Herrera.

[1]  Tapia, Zúñiga, Moncada, Por los senderos del tiempo, Poesía y cuentos de nuestra tierra.